Las manos en el lodo
Después del frió que resistí las nubes también se fueron,
pues no deseo quedarme solo entre las almas,
por ello me entretengo con las manos en el lodo
voy al Oeste, en la puerta y en la ventana del horizonte
mientras sigo pintando tus manos en los troncos,
cuando los veo y cuando los ignoro,
Las montañas están solas coronadas de nieve,
a leguas se quedan si compañía.
de mi parte rezo en el valle, con el cielo de cubierta y las manos en la cintura
Autor: Leighton Natanael Zarria Alvarado.